El desarrollo profesional permite que el individuo, independientemente de su situación de vivienda, sea un ciudadano activo, trabajador, que contribuya a mejorarse a sí mismo, su entorno y las personas a él/ella vinculadas.

Para acabar con el sinhogarismo y la pobreza situacional, nos enfocamos en ayudar a las personas sin hogar a conseguir y mantener un trabajo sostenible en lugar de ser solamente reinsertados en el mundo profesional, para asegurarnos de que no se queden atrapados en la categoría de 'trabajadores pobres' ( con unos ingresos inferiores al 60% de la media nacional) que afectó al 8% de la población de la Unión Europea en 2007, que curiosamente era casi idéntico al nivel de desempleo de la zona euro: 7,8%.

El objetivo de nuestro departamento es que las personas sin hogar, que pasan por nuestros programas, prosperen profesionalmente en lugar de simplemente sobrevivir.